domingo, 1 de abril de 2012

Let it be



Me siento y desconecto el control de mi cuerpo, como un títere al que han dejado de mantener los hilos. Mi imaginación toma posesión de mi mente y divago entre mundos surrealistas, deshechos como derretidos que van tomando forma igual que si dejásemos de ver a través de un prisma mojado. Mi visión se recompone y prefiero dejarme sorprender por mi subconsciente que esforzarme por darle sentido con cada escena que aparece enfrente a mi. Dejo de pensar "¿Qué será?" y dejo que sea.

Cuando llovía






Miro por la ventana, llueve, hacia mucho que no llovía así. Me quedo mirando como cae el agua, gota tras gota y pienso que si el tiempo se parase para siempre nunca dejaría de llover, pienso que en si cada instante es eterno. Me he levantado de la cama donde estaba echada apoyándome en la pared, y estoy frente a la ventana. En la medida de lo posible me pego al cristal y observo la gente que pasa corriendo. A la mayoría de ellos la lluvia les ha pillado de sorpresa. Hasta hace 5 minutos el sol brillaba con fuerza. Sin desviar la mirada de la ventana cojo el paraguas que tengo tirado por encima del escritorio pegado a esta. Juego con él. Es de estos que se doblan 3 veces con un cordel en el mango. Le voy dando vueltas hasta que se suelta y se abre un tercio. Está decidido, es una señal, me bajo a la calle.

Casi con lo puesto, bajo por las escaleras hasta el portal y salgo a la calle. Un riachuelo provocado por esta lluvia repentina atraviesa mi calle de principio a final. Parece que formásemos, un poquito más, parte de la naturaleza que nos rodea y que ignoramos casi el 100% del tiempo. Cambio de perspectiva y miro hacia el cielo con miedo de que me entre agua en los ojos. Una capa de un gris claro denso cubre todo el cielo hasta donde me llega la vista. Intento fijar mi vista mas allá de donde aparentemente nacen las gotas de agua pero solo consigo lo que estuve evitando desde un principio, que una gota de agua me entre en el ojo. ¿Sera una venganza por cotilla? ¿ Que secreto quieren guardar allá arriba?. Después de llorar un rato para limpiar la gota de lluvia en el ojo, abro el paraguas y salgo a pasear. La lluvia va marcando unas pequeñas dianas con su caída en el riachuelo artificial, y las fallidas me van empapando las zapatillas.

Camino calle abajo sin rumbo y disfruto de los últimos días de lluvia que quedan antes de que llegue el verano.